Psicofármacos: ¿cincuenta años de estancamiento en la psiquiatría moderna?
Los psicofármacos han sido una herramienta fundamental en el tratamiento de trastornos mentales durante los últimos cincuenta años.
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En la década de los 50 y 60, la psiquiatría vivió una época dorada en la que se descubrieron nuevas opciones farmacológicas como, los ansiolíticos, antipsicóticos y antidepresivos que transformaron por completo los tratamientos disponibles para trastornos mentales como la esquizofrenia y la depresión. Sin embargo, en los últimos 50 años los avances en el área de la psiquiatría han atravesado por un periodo de estancamiento que ha generado debates entre los expertos.
¿Realmente existe un estancamiento en la psiquiatría moderna?
Según David Nutt, el catedrático del Imperial College de Londres, en los últimos años la investigación y el desarrollo de nuevos psicofármacos ha permanecido en una fase de estancamiento. En un artículo publicado en The Lancet, Nutt asegura que los avances en psiquiatría son un cúmulo de variaciones sobre lo mismo, sin innovaciones de gran calado.
Para el catedrático inglés, esto se debe a la regulación excesiva y la rigidez metodológica en el modelo actual de investigación psiquiátrica que tiende a priorizar los ensayos clínicos controlados aleatorizados. Los mismos, en opinión de Nutt, resultan costosos e inefectivos para la psiquiatría. Además, han puesto un freno en el ingenio para hacer avances significativos en el tratamiento de las enfermedades mentales.
No todos los expertos opinan lo mismo. Eduard Vieta, jefe de psiquiatría en el Hospital Clinic de Barcelona, enfatiza el gran avance farmacológico en cuanto a efectos adversos, pese a que los medicamentos son, por norma, “primos hermanos” de los anteriores. Anteriormente, se veían casos graves de movimientos involuntarios, contracciones musculares, catatonías e incluso muerte, recuerda.
Otra de las razones de Vieta para creer que hay un avance en psiquiatría, son los dos mecanismos de acción aprobados en los últimos años. El primero de ellos es el muscarínico que ha dado lugar al Cobenfy, un novedoso antipsicótico, y el glutamatérgico, que reafirma la efectividad de la esketamina en pacientes con depresión resistente.
Los retos de la investigación psiquiátrica
Hay un punto en el que los expertos coinciden y es que uno de los principales obstáculos para el avance en la psiquiatría es la complejidad del cerebro humano. Además, la falta de biomarcadores precisos dificulta el análisis y diagnóstico de las enfermedades. Juan Carlos Leza, director de un grupo de neuropsicofarmacología molecular en la Universidad Complutense, explica que medir pensamientos y emociones, sigue siendo una tarea compleja y que no hay forma totalmente objetiva de hacerlo.
Otro de los grandes retos en la investigación psiquiátrica tiene que ver con la experimentación con animales, puesto que los trastornos mentales son inherentemente humanos y difícilmente pueden replicarse en modelos animales. No obstante, expertos como Leza se muestran entusiasmados ante el desarrollo de organoides (réplicas de órganos humanos en miniatura) como posibles herramientas para la investigación.
Psicodélicos como una alternativa en los tratamientos de enfermedades mentales
Una de las nuevas apuestas por parte de los especialistas es la apertura para testar e introducir sustancias psicodélicas. Actualmente, Eduard Vieta está investigando con propiedades como, psilocibina (procedente de las setas alucinógenas) y dimetiltriptamina, presentes en varias plantas como la ayahuasca, puesto que son agonistas serotonérgicos muy potentes. Ambas sustancias poseen un mecanismo de acción muy potentes que podrían hacer cambios cerebrales y corregir, tal vez, la depresión y la ansiedad.
No obstante, los excesos en la regulación podrían limitar su uso para los avances en psiquiatría. Al respecto, el catedrático David Nutt teme que, al no tratarse de un medicamento, sino de medicamentos más terapia, los reguladores no admitan su uso. Además, en este caso, el modelo que viene rigiendo en el sector hace 70 años cambiaría por completo, ya que las compañías farmacéuticas no estarían al frente del negocio.
Por otro lado, Nutt también cree que el cambio es posible, siempre y cuando se produzca modificaciones profundas en las normas regulatorias. Un ejemplo de ello es Australia, donde los entes reguladores, consciente de la utilidad terapéutica de la psilocibina y MDMA (éxtasis), han permitido que una organización sin ánimo de lucro como Mind Medicine la administre en pro de los pacientes.
Los retos de la investigación psiquiátrica
Hay un punto en el que los expertos coinciden y es que uno de los principales obstáculos para el avance en la psiquiatría es la complejidad del cerebro humano. Además, la falta de biomarcadores precisos dificulta el análisis y diagnóstico de las enfermedades. Juan Carlos Leza, director de un grupo de neuropsicofarmacología molecular en la Universidad Complutense, explica que medir pensamientos y emociones, sigue siendo una tarea compleja y que no hay forma totalmente objetiva de hacerlo.
Otro de los grandes retos en la investigación psiquiátrica tiene que ver con la experimentación con animales, puesto que los trastornos mentales son inherentemente humanos y difícilmente pueden replicarse en modelos animales. No obstante, expertos como Leza se muestran entusiasmados ante el desarrollo de organoides (réplicas de órganos humanos en miniatura) como posibles herramientas para la investigación.
A pesar de la desconfianza y las dificultades en la investigación, aún existe esperanza de que en futuro se produzcan importantes avances en psiquiatría que permitan superar estos 50 años de estancamiento.
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Temas:
- Psiquiatría